¿Te has preguntado qué mensaje mandas a los demás con tu reloj? Porque, aunque no lo sepas, cuando la gente ve el reloj que luces en tu muñeca, sin ser conscientes ya están recibiendo cierta información sobre ti y seguramente, esta información será parte de esa primera impresión sobre la que tanto se habla.
Cuando una persona ve a alguien por primera vez y luce un reloj estilo clásico, pero con un diseño moderno y actual, de calidad y con una imagen perfecta como la que transmiten los relojes omega, inevitablemente va a pensar en alguien que cuida al máximo los detalles, que aprecia los detalles clásicos de la vieja escuela pero sin renunciar a los toques modernos y actuales, ya que vive en su día y no anclado en el pasado. También va a percibir a una persona que tienen buen gusto a la hora de vestirse, que elige con cuidado los complementos y que prefiere la calidad antes de las cosas excesivamente llamativas, pero poco duraderas.
Y es que este tipo de relojes son sinónimo de clase y elegancia, dos cualidades que son muy valoradas sobre todo en determinados ambientes laborales en los cuales la imagen es una herramienta esencial para poder progresar, como son los trabajos en los que la atención al público o las reuniones con clientes son parte esencial de las funciones. Por eso, cada vez son más las personas que tras haber utilizado relojes electrónicos con todo tipo de funciones como teléfono, mensaje etc, han vuelto a los clásicos de toda la vida que ofrecen mucho más en este sentido.
Es cierto que hay ambientes en los que un buen reloj inteligente puede ser la mejor tarjeta de presentación, por ejemplo en trabajos de tipo tecnológico. En este tipo de casos, estar a la última es fundamental, por lo que se quiere demostrar también en este tipo de detalles. Sin embargo, hay una tendencia incluso entre los más tecnológicos a volver a al estilo retro con los relojes analógicos de toda la vida.
Un estilo de reloj que los más jóvenes no saben leer en muchos casos, acostumbrados a los electrónicos y a ver la hora en sus teléfonos móviles. Muchos aprenden a leerlos, precisamente, como una manera de distinguirse y diferenciarse del resto, algo que es especialmente importante a determinadas edades en las que se busca una personalidad propia.